Enric Mestre
El mundo cultural de la Comunitat Valenciana rinde un merecido homenaje a la trayectoria artística del reputado ceramista valenciano
Escultura. 1995. Gres chamotado. Modelado manual con planchas.
No obstante, esta cara industrial de la producción cerámica tiene también su contrapunto artístico. Así, en nuestra Comunidad Autónoma encontramos diversos museos que abordan la relación entre el arte y la cerámica; pero también está presente en grandes figuras como la del valenciano Enric Mestre (Alboraia, 1936) que ha hecho de su vida una auténtica reivindicación de esta disciplina como expresión válida de las Bellas Artes.
Un esfuerzo que ha llevado a su arte a ser reconocido internacionalmente y que es un claro ejemplo de la diferencia que existe entre las artes aplicadas (azulejos ilustrados, por ejemplo) y una disciplina artística (la escultura cerámica) con nombre y apellidos propios. Por este motivo, el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana organizó en el Centre del Carme, de Valencia, la muestra “Vint peces per a un museu”, que repasa dos décadas de la producción artística de Mestre, con piezas elaboradas mayoritariamente entre 1988 y 2008; excepto una de las obras que es de finales de los años 70.
En las creaciones del magnífico ceramista valenciano predominan la investigación geométrica, con líneas puras que rozan el minimalismo, pero que consiguen impactar al espectador, como un golpe seco, gracias al contraste de volúmenes y la calidez del material empleado. Un juego con el espacio, con volúmenes que siguen un mismo eje y que aparecen y desaparecen, como en un continuo diálogo, que dotan de personalidad propia la obra de este escultor.
La exposición la completan piezas propias del proceso de elaboración de las obras de arte de Enric Mestre, como maquetas, esbozos, piezas intermedias y cuadernos de trabajo que sirven de base para la ejecución definitiva de las piezas.